viernes, 28 de junio de 2013

Ese joven llamado Jesús

Hace mucho tiempo atrás,
un día como hoy, en Belén,
nació nuestro redentor Jesús,
y al sentir su corazón,
se percibía el de Dios

Juan el Bautista lo precedió,
y al llegar el mesías,
con gran humildad se apartó,
y con el bautismo de agua,
en Jesús el fuego del Espíritu de Dios se manifestó

Te condenamos a muerte,
y por nosotros te entregaste,
bajo la cruz padeciste,
pero de esta forma,
la vida nos diste

Pero al final resucitaste,
y ahora ya no mueres más,
en cada misa te vuelves a entregar,
hasta que regreses como lo prometiste,
guárdanos Señor para la vida eterna


Jesús en vos confío


martes, 25 de junio de 2013

Jesús en vos confío

¿Por qué te confundes y te agitas ante los problemas de la vida?
Déjame al cuidado de todas tus cosas y todo te irá mejor.
Cuando te abandones en Mí, todo se resolverá con tranquilidad según mis designios. No te desesperes, no me dirijas una oración agitada como si quisieras exigirme el cumplimiento de tus deseos.
Cierra los ojos del alma y dime con calma: JESÚS EN VOS CONFÍO.
Evita las preocupaciones angustiosas y los pensamientos sobre lo que puede suceder después. No estropees mis planes, queriéndome imponer tus ideas. Déjame ser Dios y actuar en Libertad. Abandónate confiadamente en mí, reposa en mí y deja en mis manos tu futuro.
Dime frecuentemente, JESÚS EN VOS CONFÍO.
Lo que más daño te hace es tu razonamiento y tus propias ideas y querer resolver las cosas a tu manera. Cuando me dices: JESÚS EN VOS CONFÍO, ¿no será como el paciente que le pide al médico que lo cure, pero le sugiere el modo de hacerlo? Déjate llevar en mis brazos divinos, no tengas miedo. Yo te amo.
Si crees que las cosas empeoran o se complican a pesar de la oración, sigue confiando. Cierra Los ojos del alma y confía. Continúa diciéndome a toda hora, JESÚS EN VOS CONFÍO.
Necesito las manos libres para poder obrar. No me ates con tus preocupaciones inútiles.
Satanás quiere eso, agitarte, angustiarte, quitarte la paz.
Confía sólo en mí, reposa en mí, abandónate en mí. Yo hago los milagros en la proporción al abandono y confianza que tienes en mí.
Así que no te preocupes, echa en mí todas tus angustias y duerme tranquilo. Dime siempre, JESÚS EN VOS CONFÍO, y verás grandes milagros.
Te lo prometo por mi amor.


domingo, 23 de junio de 2013

El Padre Nuestro



1. Padre Nuestro

Estas palabras describen la naturaleza y el carácter de Dios, y resumen la verdad del ser. En esta cláusula Jesús establece de una vez y para siempre que la relación entre Dios y el Hombre es la de Padre e Hijo. El hombre al ser hijo de Dios se hace partícipe de su naturaleza, "de tal padre, tal hijo". Y así como Dios es Espíritu Divino, también el hombre lo es, no importando las apariencias ilusorias de lo contrario.
Dios es un Padre misericordioso de la humanidad, eliminando la creencia de la vieja teología de un Dios vengativo y castigador.
Si meditamos en este hecho, comenzarían a perder significado y poder en nuestras vidas las enfermedades y todo lo aparentemente negativo, pues sus raíces se hallan en el temor. Si hacemos consciente estas verdades nuestra existencia se convertiría en una demostración de nuestra perfecta condición espiritual.
Al decir Padre Nuestro estamos revelando el hecho de la hermandad entre los hombres. Esto disipa la ilusión de que los hombres de una determinada raza, nación o color sean superiores a los demás.  Y al pronunciar esta oración no solo estamos orando por nosotros mismos sino por toda la humanidad, "somos en verdad, miembros de un solo cuerpo".

2. Que estás en los cielos

Jesús explica que la naturaleza de Dios es estar en los Cielos y la del hombre estar en la Tierra, porque Dios es causa y el hombre efecto o manifestación. Aquí la palabra "cielo" significa Presencia de Dios, y la palabra "tierra", quiere decir manifestación.
La función del hombre es expresar o manifestar a Dios, expresar quiere decir hacer salir, sacar la luz.

3. Santificado sea tu nombre

El nombre de una cosa representa su naturaleza esencial y su carácter. Jesús dice que la naturaleza de Dios es "santificada", cuyo origen etimológico significa "santo, "sano", "sanar". De esta manera la naturaleza de Dios se nos revela perfecta y eternamente buena.
Un efecto es siempre de la misma naturaleza que la causa que los produce, por lo tanto todo lo que proceda de Dios no puede ser menos santificado que El. Tu naturaleza es esencialmente buena, y tú eres creador del bien perfecto.

4. Venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad así en la Tierra como en el Cielo

El hombre como manifestación de Dios tiene un destino ilimitado. Su obra es expresar de forma consciente las ideas abstractas que Dios le proporciona. El hombre es en si una conciencia individualizada, creadora, "existen tantos universos como individuos, los que los conciben por el solo hecho de pensarlos”.
"Venga tu reino", es nuestra misión manifestar en los planos materiales las ideas de Dios. Si solo descubriéramos el plan que Él nos ha trazado individualmente y lo lleváramos a cabo todas las puertas se abrirían delante nuestro, todos los obstáculos se desvanecerían, y como consecuencia gozaríamos de felicidad, éxito, dinero y de todas las virtudes del Padre. Para ello tenemos que ponernos en armonía con la Voluntad Superior de Dios porque en su Voluntad está nuestra Paz.


5. El Pan Nuestro de cada día dánoslo hoy

Somos los hijos de un Padre que nos ama, y podemos esperar naturalmente de El todo lo que necesitamos, como de manera natural y espontánea los niños esperan recibir de sus padres. Es la Voluntad de Dios que nuestras vidas sean abundantes. Nuestros recursos financieros, con son mas que canales naturales por los cuales llega a nosotros lo que la Fuente Eterna provee. El número de canales es infinito, pero la fuente es una sola, Dios.
Por ello debemos poner nuestra mente más allá de los aparentes canales materiales, cambiando nuestra creencia limitada y poniendo nuestra conciencia en la única Fuente Infinita que es Dios. Así se irá disipando y desapareciendo la creencia limitada o de escasez. "Tal como lo has pensado, así será".

6. Y perdónanos nuestras ofensas, como nosotros también perdonamos a quienes nos ofenden

El pecado es la sensación de estar separado de Dios, y la causa de todos los sufrimientos, proviene de ese sentimiento de separación. Es la sensación de una existencia absolutamente personal, mientras que la verdad del Ser es que todo es Uno. El mal, el egoísmo y todos los sufrimientos provienen de la negación o el no reconocimiento de esta idea, puesto que lo que le haces a otro te lo estás haciendo a ti mismo. El fin del perdón, es el de hacer desaparecer la ilusión de la separación, con esto nos acercaremos a Dios y al prójimo, disipando todas las culpas que nos atan a un sufrimiento innecesario. El perdón es el escape de la limitación y la culpa.

7. Y no nos dejes caer en la tentación, mas líbranos del mal

En esta cláusula pedimos que se nos libere de todas las dificultades, recordando esta frase: "Ninguna plaga tocará tu morada, yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo".

Fuente: http://www.luisprada.com/protected/significado_del_padrenuestro.htm

jueves, 20 de junio de 2013

Carta de Dios para ti



"Déjalo todo y sígueme"


El Pecado

Los pecados son manchas en nuestras vidas, que buscan alejarnos de Dios. Es imposible vivir sin ellos desde nuestra condición humana, pero si aceptamos que somos pecadores y que sin la divina gracia de Dios lo seguiremos siendo, y si nosotros realmente reconocemos esto, nuestra percepción sobre ellos cambiara. Porque ya no los veremos solamente cómo piedras en nuestra vida que nos impiden caminar, sino como causas para encontrarse con Jesús. Luego de confesarnos y recibir el perdón de Jesús, él nos transformará de tal forma que podremos reconciliarnos y aceptarnos nosotros mismos y nuestro pasado también.

Todos nuestros defectos se convierten en virtudes en Cristo, porque cada defecto es una oportunidad más para encontrase con él, sólo debemos entregárselos a él.
“[..] Tus pecados te son perdonados […] Tu fe te ha salvado, vete en paz […]”. Lc 7, 48-49.

“Por eso te digo que sus pecados, sus numerosos pecados, le han sido perdonados. Por eso demuestra mucho amor. Pero aquél a quien se le perdona poco, demuestra poco amor”. Lc 7, 47.