Oh Señor Jesús, tú eres el
camino, la luz, la verdad y la vida, tú que eres el intercesor del Padre que
quemo nuestros corazones con una marca imborrable de eterna unión con la
santísima trinidad, y que nadie llega a él, sino es por ti, te pedimos que su
santo espíritu descienda sobre nuestros corazones, hoy y por siempre, renovando
la firmeza de nuestro espíritu y creando en nosotros un corazón puro, para ser
portadores de cristo y junto a María, reina y madre nuestra, nos acompañe en el
camino hacia ti. Por nuestro Señor
Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad el Espíritu
Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén
domingo, 19 de mayo de 2013
domingo, 5 de mayo de 2013
Bajo la Cruz
La cruz que cargaste en tu
hombro Jesús, Señor nuestro, sobre la cual tú sangre derramaste y en la crucifixión
te unieron con aquel madero. En esta escena podemos encontrar muchos signos de
muerte como la traición, la soledad, el dolor y el odio que mostramos hacia ti. Ante
todo esto, nos demostraste que la vida, a través de la resurrección se hizo
presente y venció a la muerte, a todos esos signos que apagan la existencia.
No sólo en la cruz hay dolor y
muerte ¿Es que no lo vemos? ¿Es que no lo comprendemos?
Dios bajo a lo más humilde y
pobre de nuestra condición humana y se entregó por nosotros, es la obra más
grande de amor, sólo hecha por amor.
¿Cuántas veces sentimos que
una situación o un momento de nuestras
vidas está lleno de negatividad, de signos contrarios a la vida, que llevan a
lo que sería la muerte, como no vida, aquello que carece de Jesús, de luz. Pero
si ponemos nuestra confianza en Dios, desde el corazón, como lo hizo Jesús en su crucifixión, él nos empapará con su
santo espíritu y encontraremos que en ese momento hay vida, y que de esa situación
Dios nos mostrará la plenitud, porque no busquemos entre los muertos, al que
está vivo, Jesús está más vivo que nosotros, él esta en la plenitud de la vida
eterna. Guárdanos Señor para esa vida. Amén.
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