viernes, 8 de marzo de 2013

Santísima Trinidad


Al Padre

Padre Celestial, Dios nuestro. Tu amor es tan inmenso que está disperso en la tierra, los mares, el cielo y en nuestros corazones, cuando nos diste tu espíritu y nos llamaste tus hijos.
Haz en mí tu voluntad. Abro mi corazón para recibirte y puedas obrar en mí, para producir los frutos de tu gracia. Junto a tu hijo Jesús, que vive en nuestros corazones y reina contigo.
Eres la fuente de vida de nuestros días en la tierra y en la eternidad, la verdad y el camino a seguir. A tu lado no temeré las tempestades y buscare por siempre tu reino. No dejes que nada nos separe, hoy solo quiero estar contigo.

Al Hijo

Jesús, maestro de maestros, arquitecto de templos celestiales, buen pastor.
Tú me buscaste e iluminaste en las tinieblas.
Me llamaste por mi nombre bendiciéndome.
Me llevaste de regreso con el rebaño.
Sanaste mis heridas.
Me invitaste al reino de los cielos para vivir y contemplar eternamente el rostro de Dios.
Vivo por ti, Jesucristo nuestro señor.

Al Espíritu Santo

Espíritu Santo, Espíritu de Dios, tú me conoces desde el momento de mi concepción en el seno de mi madre, fuiste tú quien me creaste y con tu soplo me formaste.
No quiero pasar más tiempo lejos de ti, hoy sé que la vida sin ti sería vacía y no tendría sentido.
Nunca me abandonaste, cuando creí que estaba solo, cansado, agobiado y sin esperanzas, vos estabas a mi lado, acompañándome. Y cuando tropecé, me ayudaste a levantar, y cuando ya no podía más, me cargaste sobre tu hombro. Me diste aliento a seguir.
Te pido Señor que descienda tu espíritu sobre nuestros corazones, hoy y por siempre, y nos enseñes a amar, rezar, vivir y aumentes nuestra fe. Para servirte y anunciar tus enseñanzas en todo lugar y en todo momento.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario