lunes, 25 de febrero de 2013

Huellas

Una noche soñé, que caminaba a lo
largo de una playa acompañado por Dios.
Durante la caminata muchas escenas
de mi vida fueron proyectándose en la pantalla del cielo.

Según iba pasando cada una de estas
escenas notaba que unas huellas se formaban en la arena.

A veces aparecían dos pares de huellas, en otras solamente un par
de huellas. Esto me preocupo grandemente porque pude notar que
durante las escenas que reflejaban etapas tristes de mi vida; cuando
me hallaba sufriendo de angustia, penas o derrotas solamente podía
ver un par de huellas en la arena.



Entonces le dije a Dios:
“señor tú me prometiste que si te seguía, tu caminarías siempre a mi
lado. Sin embargo he notado que en los momentos más difíciles de mi
vida solo había un par de huellas en la arena”.

“¿Por qué cuando más te necesitaba no estuviste caminando a mi lado?
El señor me respondió:
“las veces que has visto sólo un par de huellas en la arena, hijo mío,
ha sido cuando te he llevado en mis brazos"

Poema Anónimo

miércoles, 20 de febrero de 2013

La Cuaresma


La Cuaresma es el tiempo litúrgico de conversión, que marca la Iglesia para prepararnos a la gran fiesta de la Pascua. Es tiempo para arrepentirnos de nuestros pecados y de cambiar algo de nosotros para ser mejores y poder vivir más cerca de Cristo.

La Cuaresma dura 40 días; comienza el Miércoles de Ceniza y termina antes de la Misa de la Cena del Señor del Jueves Santo. A lo largo de este tiempo, sobre todo en la liturgia del domingo, hacemos un esfuerzo por recuperar el ritmo y estilo de verdaderos creyentes que debemos vivir como hijos de Dios.

El color litúrgico de este tiempo es el morado que significa luto y penitencia. Es un tiempo de reflexión, de penitencia, de conversión espiritual; tiempo de preparación al misterio pascual.

En la Cuaresma, Cristo nos invita a cambiar de vida. La Iglesia nos invita a vivir la Cuaresma como un camino hacia Jesucristo, escuchando la Palabra de Dios, orando, compartiendo con el prójimo y haciendo obras buenas. Nos invita a vivir una serie de actitudes cristianas que nos ayudan a parecernos más a Jesucristo, ya que por acción de nuestro pecado, nos alejamos más de Dios.

Por ello, la Cuaresma es el tiempo del perdón y de la reconciliación fraterna. Cada día, durante toda la vida, hemos de arrojar de nuestros corazones el odio, el rencor, la envidia, los celos que se oponen a nuestro amor a Dios y a los hermanos. En Cuaresma, aprendemos a conocer y apreciar la Cruz de Jesús. Con esto aprendemos también a tomar nuestra cruz con alegría para alcanzar la gloria de la resurrección.

martes, 19 de febrero de 2013

UN PADRE NUESTRO, DICHO POR DIOS


Hijo mío, que estás en la Tierra, preocupado, confundido, desorientado, solitario, triste, y angustiado. Yo conozco perfectamente tu nombre, y lo pronuncio bendiciéndolo, porque te amo.
Juntos construiremos mi Reino, del que tú vas a ser mi heredero, y en eso no estarás solo porque yo habito en ti. Deseo que siempre hagas mi voluntad, porque mi voluntad es que tú seas feliz.
Tendrás el pan para hoy. No te preocupes, sólo te pido que siempre lo compartas con tu prójimo, con tus hermanos.
Siempre perdono todas tus ofensas, antes incluso de que las cometas, pues sé que las cometerás. Sólo te pido que, de igual manera, perdones tú a los que te ofenden. Deseo que nunca caigas en la tentación.
Y toma fuerte mi mano, aférrate siempre a mí, y yo te libraré del mal.
Nunca olvides que TE AMO desde el comienzo de tus días, y que TE AMARE hasta el fin de ellos ¡PORQUE SOY TU PADRE! Que mi bendición quede contigo, y que mi paz y amor eternos te cubran siempre. Sólo de mí podrás obtenerlos, y sólo Yo puedo darlos porque ¡YO SOY EL AMOR Y LA PAZ!

viernes, 15 de febrero de 2013

La Personalidad Divina de Jesús


En este artículo reconstruiremos la personalidad divina de Jesús basándonos en lo expresado por el Evangelio de San Juan, debido a que la teología del mismo utiliza mucha simbología en los hechos relatados. Esto nos permite conocer muchos rasgos divinos de la personalidad de Jesús. Cada signo responde por si solo a la pregunta de ¿Quién es Jesús?


Es importante aclarar en este punto, que a cada persona, el evangelio le puede transmitir algo propio, algo que el evangelio le invita hacer. A continuación expondremos varios fragmentos con motivo del mensaje religioso que aportan a este tema especifico, no es la finalidad de este texto contradecir al mensaje personal que le haya transmitido a cada persona.

A modo de introducción sobre este evangelio, podemos enunciar a continuación algunos pasajes del mismo.
Nos habla del Verbo Prexistente (Jn 1, 1-5), estos versículos introductorios con los cuales comienza el evangelio, nos demuestran una sabiduría puramente inspirada por Dios. Nos explican que Jesús es Dios y la Palabra, el Verbo por el que se hicieron todas las cosas. Esto lo podemos relacionar con el libro del Génesis (Gn 1), en el cual Dios crea todo a partir de las palabras que va manifestando. “Dijo Dios: ‘Haya luz’, y hubo luz” (Gn 1, 3).

Este evangelio contiene 21 capítulos, de los cuales 20 fueron escritos por el evangelista, esto lo podemos comprobar porque en el capítulo 20 finaliza el libro; “Estas han sido escritas para que crean que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios. Crean, y tendrán vida por su Nombre” (Jn 20, 31). El capítulo 21 fue agregado posteriormente.

San Juan no escribe en su libro sobre los exorcismos realizados por Jesús, no porque realmente no los haya hecho o el autor bíblico los desconozca, sino que los omite porque los mismos, por más que haya sido ofrecido para que muchas personas sanen y crean en Jesús, y haya permitido que sea más reconocido. En esa época eran vistos a los exorcistas como magos, debido a la reputación que tenían las demás personas que realizaban estas prácticas, obviamente que eran unos farsantes porque no expulsaban demonios, como lo hacia Jesús, el único que puede hacerlo. 

De los cuatro evangelistas, el evangelio de San Juan tiene otro concepto de los milagros, él los llama “signos milagrosos”. Esto es, debido a que mientras los otros evangelistas canónicos -es decir, los que entran dentro del canon de la Biblia y están inspirados por Dios- toman los milagros como hechos sorprendentes, para demostrar que Jesús es el hijo de Dios y que la salvación es para todos, tanto para los que cumplen con la Ley de Moisés, como para los pecadores, enfermos y paganos, los cuales eran excluidos de las sociedades de la época al considerarlos impuros. En cambio, San Juan, los relata como “signos o señales milagrosas”, que precisamente son siete, número que representa la perfección de Dios. Esto es simbólico, no significa que precisamente sean siete los milagros que realizo Jesús. “Muchas otras señales milagrosas hizo Jesús en presencia de sus discípulos que no están escritas en este libro” (Jn 20, 30).

San Juan no coloca principalmente el énfasis en el hecho milagroso o el mal sanado, sino que se enfoca exclusivamente en la personalidad divina de Jesús. Estos pretenden revelar algún aspecto de la interioridad divina de Jesús. A continuación trataremos de construir la personalidad divina de Jesús a partir  de lo que se exponen en estas señales milagrosas.

El primer signo (Jn 2, 1-11) tiene lugar en las Bodas de Caná, donde Jesús realiza la conversión de 600 litros de agua en vino, contenidas en las tinajas que los judíos utilizaban para los ritos de purificaciones. Este hecho revela que Jesús es el Mesías esperado. Porque según la creencia popular judía, cuando viniera el Mesías iba hacer en una fiesta con abundancia de vino.

El segundo (Jn 4, 43-54), la curación del hijo de un funcionario real, revela que él es la “vida” de los que llevan una existencia menguada y disminuida. El hace que uno viva con plenitud y abundancia.

El tercero (Jn 5, 1-18), la curación del paralitico de Bezatá, revela que Jesús es igual a Dios. Por eso puede trabajar y curar con todo derecho en sábado.

El cuarto (Jn 6, 1-15), la multiplicación de los panes, revela que él es el Pan de la Vida que ha bajado del cielo, y que puede saciar el hambre de felicidad, de sentido de vida, de búsqueda y de ilusión de las personas.

El quinto (Jn 6, 16-24), la caminata sobre las aguas, revela que Jesús es el que acompaña a la iglesia (la barca) en su marcha a través de los problemas del mundo (el lago encrespado) hasta hacerla llegar a salvo a la otra orilla.


El sexto (Jn 9, 1-12), la curación del ciego de nacimiento, revela que él es la Luz del mundo, y que quien crea en él no andará nunca en tinieblas.

El séptimo (Jn 11, 1-44), la resurrección de Lázaro, revela que él es la resurrección de los muertos, y que todo el que haya muerto volverá un día a vivir.

Es magnifico que este autor bíblico nos haya transmitido todas estas cosas en su evangelio al relatarnos las señales milagrosas que Jesús realizo en su vida. Cada uno de nosotros puede completar esta interioridad de Jesús a partir de nuestras experiencias personales con él, a partir de lo vivido y de la oración.

domingo, 10 de febrero de 2013

La Fe


La Fe no es un don imposible de tener, o muy difícil de desarrollar, no es algo que se pueda comprar ni vender, ni comparar. Todos tenemos fe, algunos tienen fe errónea puesta en un ídolo de barro, como un jugador de fútbol, un equipo, un objeto, amuleto, etcétera.
Dios nos regalo la fe a todos, para creer en él, aunque no podamos verlo con nuestros ojos, ni tocarlo con nuestras manos. Él se manifiesta de muchas formas en nuestras vidas, como en cada día de vida, en la amistad, en el amor, en la alegría, en la vitalidad y de otras tantas infinitas maneras que pueden ser hasta indescriptibles.
La Fe fue sembrada en nuestros corazones como una pequeña semilla casi imperceptible, pero una vez esparcida y nutrida, crece y se convierte en algo tan grande que podríamos mover montañas con ella, nada sería imposible para nosotros, porque la fe nace de Dios, y para él nada es imposible.

La Fe es todo un proceso, que puede llevarnos toda la vida, pero vale la pena tomar el camino que nos lleva la fe a Dios.
La Fe es importante cuidarla de las personas que intentaran arrebatártela, defenderla ante las falsas acusaciones y compartirla con quienes abren el corazón para recibir la verdad de Dios que habita en cada uno de nosotros y, poder así construir una casa “sobre piedra”, capaz de resistir fuertes tormentas y seguir de pie, no como aquellos que construyen su casa sobre arena, que ante la tempestad, no queda piedra sobre piedra de la casa.
La Fe es lo que, en nuestra peregrinación de este mundo, nos conecta con Dios, es el vínculo que nos une a él. En el espacio en que vivimos, que se caracteriza por la superficialidad, este don de Dios es lo que permite que confiemos en el y, ante los problemas de la vida, no temamos, porque Dios nos ama.

viernes, 8 de febrero de 2013

Carta de Pablo a los jóvenes

Mis muy queridos jóvenes:

Recibí noticias de que no los comprenden ni valoran cuando quieren compartir el evangelio con otros jóvenes. Sé que es muy doloroso, en especial en la etapa de la vida en que se encuentran, pues es una épica donde cuentan mucho las opiniones de los compañeros. 
A mi me paso lo mismo y fue muy doloroso; fui atacado, menospreciado y desacreditado. Pero encontré apoyo en mi fe y crecí mucho de esa experiencia. Ustedes pueden hacer lo mismo. 
Su misión y su capacidad de amar y compartir la Buena Nueva con otros jóvenes vienen de Dios y no de ustedes mismos. "Ustedes son una carta (de recomendación) escrita no con tinta, sino con el Espíritu de Dios vivo en el corazón" (2 Cor 3, 3). 
No se callen por vergüenza ni falsifiquen la palabra de Dios. Den siempre testimonio de Jesús, y si fallan, reconózcanlo con humildad, reconcíliensen y sigan adelante, "porque no nos anunciamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo, el Señor" (2 Cor 4, 5). 
Sean generosos con las personas necesitadas. "No se trata que, para alimentar a otros, ustedes pasen necesidad, sino de que la abundancia de ustedes remedie en ese momento la pobreza de ellos, para que un día la abundancia de ellos remedie la pobreza de ustedes" (2 Cor 8, 13-14). 
Les aseguro que Dios, quien los ha llamado a su gloria, los fortalecerá a lo largo de su vida. Nunca olviden esto. 
Estén alegres, anímense y vivan en armonía y la paz de Dios. 

       Pablo, embajador de Cristo humilde y con orgullo a la vez.